Rafaelillo pudo cortar tres orejas en Madrid si hubiera acertado con la espada
y el palco hubiera accedido a la petición del público en el primero. Toreó de
forma excelente al cuarto y entendió perfectamente al primero. Sorteó el mejor
de una buena corrida de Dolores Aguirre, a excepción del sexto, un manso con
poder que corneó con saña a Joselillo. Fernando Cruz tuvo un lote sin
posibilidades.